11 marzo 2009

Antisoneto


Quien decidió levantar
tantas cruces en tus cerros?
y extender tanta sal en tus orillas?
Tal vez fue sólo el ritmo de la vida
o la muerte con su rabia y descontento.


Dónde queda el límite de tus montañas
y el final de tus cansados horizontes?.
Quizás si no existiera la distancia
seríamos en la luz, el amor de la mañana.

Yo deserté de la ruta que eligieron mis ancestros
y anduve por senderos de naufragios
con mi pasaporte de extranjero y legionario
llegué hasta donde se cansaron mis zapatos.

Áridos mis ojos del paisaje
se desnudan de su carga de nostalgias
y en silencio rezo arrodillado
por lo que aún queda de mi viaje.